12 nov 2007

Y ayer empecé a extrañar...

No es fácil despedirse de quién uno quiere, y mucho menos cuando el otro te corresponde ese querer. Tuve la suerte de soñar que este sweater me abrazaba durante la noche, y eso me hizo dormir tranquila y de corrido. Esta es una etapa que finaliza, pero no es una puerta que se cierra, hasta acá se dio lo que se podía dar. Rescato el afecto y el respeto que sé que existe. No voy a barrer debajo de la alfombra y le pedí que tampoco lo haga él. Seguimos vivos, existimos, estamos a un llamado de distancia, nada más. Hay que manejarse sanamente y con cordura en la vida, la gente no es descartable...


1 comentario:

Anónimo dijo...

No se si sera tu caso, veo por lo que escribis que tenes muy bien puesta la cabeza.Quiero hacer un comentario que me lo dicta mi propia experiencia y por lo que veo en lo que me rodea.¿Sera que la convivencia mata todo?. ¿Hasta el amor?O estamos en una etapa de tal confusion que cuando conseguimos lo mas preciado, el solo hecho de haberlo conseguido le hace perder valor?El consumismo transforma hasta nuestros sentimientos?Para mi estas preguntas llevan implicitas las respuestas.De todas formas la vida es maravillosa y merecemos vivirla a flor de piel.
Jose