A la mañana, le dije a my gordou: "hoy tengo que ir a buscar monedas".
Y él respondió: "no te hagas la viva, jejeje".
Así que fui toda modosita, muy tranquila a recibir los cinco pesos que seguro me iban a dar, porque sabemos que diez es mucho pedir. Y me tocó un cajero nuevo, mala onda. Le di mi billete de diez pesos, lo vi agarrar un billete de cinco y justo cuando estaba empezando a contar las monedas, se le acerca el "cajero piola" (he wishes) y le dice: "a ella dale diez".
Esta vez no pedí por favor con las manitas, es más que sabido que hay un blíndex que nos separa, pero si a él le hace feliz darme lo que necesito, hacerme un guiño de ojo y no recibir nada a cambio, quién soy yo para tirarle el castillito de naipes abajo??
5 comentarios:
Martina, yo te daria 100.
vos sos el cajero piola, no? jaja
Lo lograste, again! Bien!
Yo quiero que se haga presente el gerente del banco... a ver qué opina... jaaaaaaaaaaaaaaaaaaa
sí, yo también. y que, de paso, traiga 20 pesos en monedas. muchas gracias...
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